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Los tilos del Teatro, dónde están



No los vi nacer, pero ambos nos vimos crecer. 
Desde niña mis pasos recorrieron sus sombras, con nubes, con sol.
Fueron testigos mudos de cada obra, de cada show... De cada Graduación de Jardín de Infantes, Primaria, Secundaria... de la algarabía de padres y egresados.


Sobre las mesas del bar se deshojaron... 
Los cafés, las pizzas con cerveza olían a los tilos. 
Los tropezones tenían olor a tilo. 
El olor a facturas de la esquina se confundía con el olor de los tilos.


Cuando conocí el haiku... miré el cielo sobre los tilos... de cerca, de lejos...  Las aves, la luna... sus hojas, sus ramas y escribí sorpresas y escribí versos...



mochados los tilos... 
el capacho se lleva 
las últimas hojas



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2 comentarios:

  1. es triste cuando talan un árbol, más si te acompañó durante tantos años.
    besos

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    1. Es triste... y debemos readaptarnos al lugar, a lo que en él surja... pero extrañaré oler a tilo en esa esquina

      Besos

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