Gor, gracias por rescatar estos humildes versos que encierran tanto para mí, de aquella niña que se sorprendió con esa silla de su abuelo... creo que hasta me hablada de sus secretos, sus reflexiones... Me conmueve siempre ese recuerdo. Un abrazo apretadito
Un haiku entrañable, Mir. Me gusta mucho _/\_
ResponderEliminarGor, gracias por rescatar estos humildes versos que encierran tanto para mí, de aquella niña que se sorprendió con esa silla de su abuelo... creo que hasta me hablada de sus secretos, sus reflexiones...
EliminarMe conmueve siempre ese recuerdo.
Un abrazo apretadito