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767.  (Recién ahora reacciono que es capicúa.)

Con ese número en la mano espero los veinte números que me separan de la ventanilla, otro mes, para el pago de impuestos...

Mientras tanto, he entablado conversación con el señor jubilado, sentado junto a mí.  Su epopeya, el Anses cometió un error en el cálculo de los años de aportes en su trámite jubilatorio..., le obligaron a realizar una moratoria... y ahora descubren que tiene un excedente de 8 años..., está haciendo cálculos estimando si estará vivo para cuando resuelvan su caso y se expidan...

Atenta a la charla, desvío mi vista ante el clin... de la pantalla que anuncia el próximo número.  Sólo de rabillo noto que un cochecito se aproxima para ser atendidos..., pero no presto atención debido a nuestras luchas del jubileo.

Segundos, apenas unos segundos pasaron, cuando repentinamente la tibieza de una cabecita se recuesta sobre mi brazo...

Qué ternura de niño..., pregunto su nombre mirando a su hermanita mayor

- "Luciano", me responde
- y el tuyo ?
- "Martina"

Cómo evitar tocar esa piel suavecita... y hacer unas cuantas cosquillas..., lo que además de risa, mi invasión provoca vergüenza en Luciano



prioridad de madres...,
toco la piel bronceada
del niño que espera



Fue un encuentro fugaz, así de rápido como llegaron, así se fueron.
En silencio, con la sensación en el tacto, sólo observo el vacío de otros rostros.
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